Durante el otoño e invierno necesitamos un aporte energético extra para afrontar el día a día, los alimentos saludables nos pueden ayudar. Empezar la nueva temporada se convierte en un esfuerzo titánico después de un periodo vacacional largo con todos los excesos del verano.
Además nos enfrentamos al frío, a la lluvia y a la bajada de temperaturas, y somos más propensos a desarrollar fácilmente alguna enfermedad propia de esta época y al cansancio.
El control de nuestros hábitos alimentarios nos ayudará a mantener un buen estado de salud y a prevenir malestares que nos impidan nuestra actividad cotidiana.
Para conseguir un extra de energía, es imprescindible la selección de los alimentos que ingerimos y cuándo lo hacemos.
Una buena medida para conseguir nuestro objetivo, es planificar semanalmente las dietas, que deberán ser equilibradas en hidratos de carbono, proteínas, y en alimentos frescos y estacionales (manzanas, peras, uvas, higos, calabazas, berenjenas…)
Es aconsejable empezar el día con una buena cantidad de fruta, tostadas, leche con cereales…que contienen la energía suficiente para que el cuerpo pueda empezar a funcionar.
También debemos incluir las proteínas en todas las comidas, bien de origen animal (carnes magras, huevos…) o vegetal, en forma de legumbre.
Las grasas son necesarias, pero su consumo debe ser moderado y siempre teniendo en cuenta que sólo añadiremos a nuestra dieta aquellas pertenecientes a la familia de las insaturadas como aceites de oliva y girasol, pesado azul, frutos secos…
Los cereales y el arroz integral se pueden incorporar a la cena. Así conseguimos que el organismo se recupere del desgaste de toda la jornada.
Es importante mantener esta dinámica el resto de la temporada.
